No quiero nombrar el verbo, pero quizás esto sea todo un cliché.
No sabemos que nos espera a la vuelta de la esquina, tampoco a kilómetros de distancia, si lo piensas es como una aventura, y si no también, pero con sorpresas.
Buscamos y buscamos, pero a veces nada recibimos como un regalo.
Cada acción puede llevarte a lugares que no conoces; experiencia, momentos.
El contacto humano es algo muy valioso, nunca desaproveche un fuerte abrazo, puede que veces puedan ser mucho mejores que mil palabras en reales momentos de tristeza.
Ni una palabra. Pero con eso en cada oración, conlleva a conversaciones con, quien sabe, la persona por la que no buscaste y ahora la miras directo a los ojos. Por el momento no lo piensas, pero al recordarlo, con una sonrisa estúpida y un agradable sentimiento de satisfacción, puede ser algo grande vaya a suceder. Lo sentí, después de años. No lo había notado.
Pero como muchas otras cosas, desapareció, y por el amor a todo el universo, después de eso, quería volver a sentirme idiota. El amor.
Solo hay que dejar que el tiempo nos sorprenda, dejar de buscar.